Actualizado, junio 2023
¿Qué hago yo aquí? Si no eres amante de los deportes de naturaleza, si no tienes espíritu aventurero o no tienes la intención de dejar salir el niño que llevas dentro, seguramente te vas a hacer esa pregunta: ¿Qué hago yo en Queenstown (Nueva Zelanda)?
Yo tenía media respuesta, ya que estaba visitando a unos buenos amigos que decidieron fijar aquí su residencia (¡ellos sí que son deportistas y aventureros!)
Queenstown: mucho más que deportes de naturaleza
Pero después de los rituales típicos del reencuentro y la alegría de vernos las caras en persona y no en skype, una no hace un viaje de 30 horas y 17 mil kilómetros para quedarse sentada en el salón y dedicarse a la vida contemplativa, por muy bucólicas que sean las vistas del lago Wakatipu.
Así que como buena turiscuriosa me fui a explorar para comprobar si Queenstown era mucho más que deportes de naturaleza o extremos.

Y en efecto, en mis pesquisas descubrí que Queenstown no sólo es la capital neozelandesa de los deportes al aire libre, sino que había todo un mundo de posibilidades, incluso para el ser más anodino del planeta.
Queenstown, los primeros años
Esta pequeña ciudad de la isla sur de apenas 11 mil habitantes, recibió a los primeros europeos a mediados de la década de 1850.
En 1862 dos criadores de ovejas encontraron oro y, en menos de un año, la población se multiplicó por miles y se construyeron calles y edificios.
Debido a su próspero desarrollo y a la belleza del paisaje donde se asentó esta población, los británicos dijeron que este lugar era digno de una reina y de allí su nombre (o al menos eso es lo que cuenta la leyenda)

En 1900, una vez se agotó el valioso metal, sólo quedaron 190 habitantes, pero 50 años después se transformó en un lugar de veraneo.
A partir de allí, los kiwis se las ingeniaron para reinventar Queenstown y gracias a los impresionantes recursos naturales que posee y al marketing, que en eso son muy buenos, han llevado a esta ciudad de la región de Otago a reinar, los 365 días del año, como uno de los principales destinos turísticos del país.


¿Qué puedes ver y hacer en Queenstown?
¿Quieres saber todo lo que puedes ver y hacer en Queenstown? Aquí tienes unas cuantas ideas:
- Recorrer el sendero que bordea el lago Wakatipu y maravillarte con las montañas nevadas
- Dar de comer a los patos
- Subir en el teleférico Skyline Gondola y disfrutar de unas vistas espectaculares
- Pasear en bicicleta
- Buscar el mejor café de la ciudad, porque hay varias cafeterías donde lo hacen muy rico
- Relajarte – más aún – en un spa
- Visitar las galerías del Fine Arts Galleries Walking Trail
- Conocer el pequeño pueblo minero de Arrowtown
- Buscar los vestigios del origen de Queenstown, como la casa más antigua
- Comprar artesanía maorí y souvenirs
- Hacer un tour enológico para conocer algunas de las numerosas bodegas de la zona.

De vinos por las bodegas de Queenstown

La región de Otago, y especialmente Gibbston Valley, es una de las zonas vitivinícolas más importantes de Nueva Zelanda, a pesar de que aquí la industria del vino comenzó a desarrollarse apenas a principios de los ochenta.
Actualmente, hay una amplia diversidad de bodegas y muchas de ellas pueden visitarse para degustaciones.
Lo más recomendable es apuntarse a un tour. Sale más caro que ir por tu cuenta, pero así nadie tiene que sacrificarse porque debe conducir.

En la oficina de turismo (I-site) tienes información sobre todas las empresas que organizan estos recorridos.
El que yo elegí incluía la visita a 4 bodegas en las que catamos más de 25 vinos, la mayoría de ellos de las variedades pinot noir, pinot gris y riesling.
Gibbston Valley Winery
Gibbston Valley Winery & Restaurant es el mayor productor de la zona y se nota. Aquí pudimos ver los viñedos de cerca y entrar a la cueva donde envejecían el vino en barricas de roble, disfrutamos de una buena comida y pudimos comprar variedad de quesos, ya que también tiene restaurante y quesería.
Dónde está: 1820 State Highway 6, Queenstown.

Peregrine Wines
La segunda bodega que visitamos fue la elegante Peregrine, cuyo moderno edificio ha ganado premios de arquitectura.
La misma está gestionada por una familia que ha decidido apostar por una producción ecológica, lo cual también ha convertido sus viñedos es un refugio de aves nativas como las Tieke (Saddleback), Mohua y Karearea.
Dónde está: 2127 Gibbston Highway RD1. Gibbston. Queenstown.
Mt. Rosa Wines
En contraste, luego fuimos a la sencilla bodega Mt. Rosa, donde nos atendió su particular propietario, quien llegó en tractor y con la ropa de faena.
A pesar de su cerrado acento sureño, pudimos mantener una amena conversación. Tanto, que en otras circunstancias me hubiera quedado allí mucho más tiempo (aunque su vino no me gustó mucho, ¡lo siento!)
Dónde está: 47 Gibbston Back Road, Gibbston.

Amisfield
Para cerrar el paseo, nos llevaron a Amisfield Winery & Bistro, que luce con orgullo los premios que ha ganado como mejor restaurante de bodega del país.
No pude comprobar si la comida era buena, pero tiene una terraza que ya sólo por eso vale la visita.

Dónde está: 10 Arrowtown-Lake Hayes Road, Frankton.
¿Y los deportes de naturaleza?

Si pasas dos semanas en Queenstown, terminas contagiándote del espíritu aventurero. Así que al final yo también caí, mi niña interior salió a flote y no sólo hice un safari en jet boat en el Dart River (Glenorchy), sino que además volé en parapente por primera vez en mi vida.
Eso sí, con mi amigo que es piloto de tándem y muy bueno. ¡Recomiendo la experiencia al 100 por ciento!

Así que si vas a Queenstown, ¡ya sabes cuáles son algunas de las decenas de cosas que puedes hacer allí!
Otras sugerencias para visitar Queenstown y alrededores
- Experiencia Jet Boat + Tour en 4×4 por Queenstown
- Tour de la cerveza y el vino por Queenstown y Gibbston
- Excursión a Glenorchy y Paradise
Tips para turistas curiosos
Queenstown es especialmente famosa por el bungy jumping ya que aquí fue donde se saltó por primera vez, desde el histórico puente de Kawarau (en 1988). Yo no le veo la gracia, pero la gente paga unos 150 euros por tirarse al vacío.

Como no sólo de deportes y adrenalina vive el ser humano, en algún momento tendrás que comer. En Queenstown la oferta es muy amplia, pero no te puedes perder las mejores hamburguesas, que son las de Fergburguer.
Identificarás el local fácilmente porque suele haber cola, sobre todo si es temporada alta. Abren desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la madrugada, todos los días. También se pueden pedir por teléfono, así no tienes que esperar tanto.
Si te van más los postres y el chocolate, entonces tienes que pasarte por Patagonia’s Ice Creamery & Chocolaterie. Perfecta para un desayuno o merienda, y con vistas al lago.

Wanaka
Si buscas un público más adulto contemporáneo (es decir, de más de 30 años), la ciudad de Wanaka es una opción interesante.
También está muy cerca de las pistas de esquí, sus vistas al lago no tienen nada que envidiar a las de Queenstown (bueno, quizá un poquito sí) y entre sus atractivos para niños y adultos destaca Puzzling World. Seguro que te lo pasarás en grande con sus trucos de ilusionismo y buscando la salida del laberinto!
Viajar seguro
Como última sugerencia para tu visita a Queenstown, te recomiendo contratar un seguro de viaje, sobretodo si estás pensando en practicar algún deporte de riesgo
En este enlace, encontrarás toda la información sobre las diferentes pólizas que te ofrece IATI, para que elijas la que mejor se adapte a ti. Por ser lector/a de Turiscurioseando, tendrás un descuento del 5%. ¡Feliz viaje!
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Muy bueno.
Mucha gracias! Espero que la información te sea de utilidad y que puedas disfrutar de esos maravillosos paisajes.