Seguramente, la mayoría de las personas que han visitado la isla sur de Nueva Zelanda han oído hablar de la famosa macedonia de frutas en la entrada de Cromwell.
Y muy probablemente, pararon allí sólo para hacerse la correspondiente foto con uno de esos monumentos que sorprenden al visitante a lo largo del país, – en muchos casos no precisamente por su belleza o buen gusto -, antes de continuar su camino hacia Queenstown, Wanaka o Alexandra.

Old Cromwell Town: una visita al pasado
Sin embargo, Cromwell, pueblo de casi 5 mil habitantes esconde, y nunca mejor dicho porque cuesta un poco llegar a él, un bonito lugar al que merece dedicarle al menos una corta visita.
Se trata de su antiguo punto neurálgico, bautizado en la actualidad como Old Cromwell Town Heritage Precinct.
Un poco de historia del viejo Cromwell


Conocida originalmente como The Junction, Cromwell vivió su momento estelar durante la fiebre del oro en el siglo XIX, pero al agotarse el preciado metal se transformó en la “capital” de la fruta de la región de Otago (de allí su llamativa macedonia), impulsada por su clima y por su estratégica ubicación.
Entre las décadas de los 80 y 90, Cromwell vivió otro gran cambio debido a la construcción de la presa y central eléctrica de Clyde.
Una vez finalizada la obra, en 1992, todo el valle se inundaría para dar paso al lago Dunstan.

Como resultado, el asentamiento original, que se fundó justo donde se unía los ríos Kawarau y Clutha, quedaría bajo las aguas.
Así que un grupo de voluntarios, muchos de ellos artesanos, tomó la iniciativa de trasladar algunos de los edificios más antiguos a un lugar más alto.
Aquellos que no pudieron moverse, se reconstruyeron lo más fielmente posible, incluso utilizando los mismos materiales. De esta manera nació Old Cromwell Town.
Viajar al pasado: Old Cromwell Town

De primera, el mayor atractivo parecería ser las impresionantes vistas del lago que se pueden disfrutar desde este privilegiado entorno.
Pero si uno curiosea por su pocas calles y recovecos descubrirá que varios de los antiguos comercios se han convertido en galerías y talleres de pintura o escultura y que es posible ver a los artistas, e incluso conversar con ellos, mientras trabajan en algunas de sus obras.

También hay pequeñas boutiques y un café, y en algunas de las construcciones están expuestos diversos objetos utilizados entre 1860 y 1900, en lo que fueran el obrador de pan, el banco o los establos.

Desde el pequeño muelle sale un barco de madera de 1929, restaurado, que hace un tour por el lago, aunque cuando yo estuve no pude verlo.
Seguro que los fines de semana y en temporada alta podrá hacerse el paseo sin problema.
La mayoría de las tiendas abren los 7 días de la semana, desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Los lugares para comer tienen un horario más amplio, especialmente los sábados y domingo.

Tips para turistas curiosos
Cómo llegar a Cromwell
Es muy fácil llegar a Cromwell desde Queenstown, Wanaka o Alexandra, una buena razón para incluir esta parada en el itinerario.
También vale la pena detenerse en alguno de los numerosos puestos instalados a la orilla de la carretera, que venden fruta fresca de la región, sobretodo durante el verano.
No es tan sencillo, en cambio, conseguir el Old Cromwell Town, al menos la primera vez. Por ello, algunos de los comerciantes han decidido grabar videos para orientar a los visitantes, como éste que indica el camino si vas desde Queenstown
También aprovechan para mostrar otros lugares próximos que también pueden ser de interés. Todo un 2×1.

Clyde, uno de los pueblos más bonitos de Nueva Zelanda
Apenas a media hora de distancia, en dirección a Alexandra, puede visitarse Clyde, otro antiguo asentamiento minero y considerado uno de los dos pueblos más bonitos de Nueva Zelanda.
Esta pequeña población conserva en muy buen estado diversas construcciones del siglo XIX y de principios del XX, y es posible conocer la historia de cada uno de estos edificios gracias a un folleto informativo – Walk Around Historic Clyde – elaborado por voluntarios empeñados en promover el área de Dunstan.
Casi todo lo que hay que ver en el núcleo más antiguo se concentra en un par de calles, por lo que esta parada no quita mucho tiempo.

Wanaka: coches antiguos y cervezas artesanas
Si en vez de desviarte hacia Clyde, prefieres seguir la ruta vía Wanaka puedes completar el paseo con una visita a un pequeño museo de coches y aviones antiguos – Warbirds & Wheels – y catar la cerveza artesana que se elabora a poca distancia, en la fábrica Wanaka Beerworks.
Los sabores y tipos varían de acuerdo a la estación del año. Yo probé las de invierno y mis amigos las de primavera. Todas, tanto las rubias como las negras, obtuvieron nuestra total aprobación.

Adicionalmente a la exposición de coches antiguos, hay otro museo muy curioso cerca de Wanaka que es ideal para ir con los más pequeños. Se trata de Puzzling World, donde puedes pasar medio día sin darte cuenta. Seguro que lo disfrutarás.
Viajar seguro
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OLD TOWN CROMWELL: UNA VISITA AL PASADO | Turiscurioseando, me ha parecido muy revelador, me hubiera gustado que fuese más amplio pero ya saeis si lo bueno es breve es dos veces bueno. Enhorabuena por vuestra web. Besotes.