Quién me iba a decir a mí que dos archipiélagos tan remotos entre sí, como Canarias (España), y las islas Eolias (Italia) iban a tener tantas cosas en común.
No sólo la coincidencia en el número, 7, o su origen volcánico, sino también en los paisajes, la tranquilidad de su día a día, la amabilidad de sus gentes, la buena mesa adornada con productos locales y que cada pequeño territorio tiene algo que lo distingue de sus hermanas insulares y lo hace único.
Excursión a Panarea y Estrómboli
Así que dada las buenas vibraciones que nos estaba transmitiendo Lipari, en donde nos sentíamos como en casa, no lo dudamos a la hora de hacer una excursión a otras dos islas Eolias.
Islas que, entre otros detalles, son conocidas por ser una lugar de veraneo de celebridades discretas – Panarea – y la otra, un escenario que tiene protagonismo tanto en la literatura y el cine, como entre quienes se sienten atraídos por la vulcanología – Stromboli –

Las islas Eolias
Para ubicarnos, el archipiélago siciliano de las islas Eolias, también conocido como Eólicas, pertenece a la provincia de Mesina y está conformado por Lipari (la capital), Alicudi, Filicudi, Panarea, Salina, Stromboli (Estrómboli) y Vulcano.
En el caso de estas dos últimas islas, tienen además la particularidad de que los volcanes que se erigen en ambas se encuentran muy activos.
Panarea, blanca y azul
Panarea es la isla más pequeña y también la más antigua de todas. Estrellas del cine y la música, tienen aquí su refugio veraniego, buscando sobretodo tranquilidad y el pasar desapercibidos.

Aunque debe ser difícil, no por el número de paparazzi o foráneos, sino porque la mayor parte de la actividad se concentra en el barrio de San Pietro, cuyas estrechas calles acogen pequeñas tiendas, talleres artesanos y viviendas típicas, con el blanco y el azul como protagonistas cromáticos.
Su tamaño se traduce en una oferta hotelera reducida y más cara que en el resto de las islas vecinas.
Asimismo, entre los meses de noviembre y marzo casi todos los hospedajes cierran sus puertas porque el número de turistas se reduce al mínimo.
De hecho, en los primeros días de octubre ya se notaba que había poca afluencia de visitantes.
Rincones para visitar en Panarea
El punto más alto de Panarea es Pizzo del Corvo; en la parte este es posible ver terrazas cultivadas, mientras que el oeste es inhóspito y deshabitado.
Además de San Pietro, hay otras dos pequeñas poblaciones o barrios: Ditella y Drauto, a las que se puede llegar en barcas, motos o en los pequeños coches de golf que parecen el vehículo oficial de la isla.

También se puede ir al cabo Milazzese para visitar el yacimiento arqueológico que data del neolítico (1.400 a.c.) y está a unos 45 minutos a pie.
Recorrido por San Pietro (Panarea)
Como sólo tuvimos 1 hora para la visita, apenas nos dio tiempo de recorrer San Prieto, pero fue un paseo agradable que nos permitió admirar los coquetos detalles que adornan las puertas y fachadas de las viviendas, muchas de ellas a la sombra de buganvillas en flor.

En nuestra ruta llegamos a una de las partes más altas del pueblo, donde está enclavada la iglesia con unas vistas realmente bonitas.
Alrededor de Panarea hay otros pequeños islotes como Basiluzzo, Lisca Blanca, Lisca Nera, Spinazzolla, Panarelli, Bottaro y las Formica.
El templo fue construido en 1800 con el trabajo y las aportaciones de sus habitantes, aunque no fue consagrada hasta 1924. Se le bautizó con el nombre de San Pietro, patrón de la ciudad.
Cada año, durante los días 28 y 29 de junio, se celebran las fiestas en honor a este santo y entre los numerosos eventos que se organizan, destaca la procesión desde es el mar hasta la pequeña iglesia.

Tips sobre Basiluzzo
Si tienes la oportunidad de hospedarte en Panarea y quedarte al menos un par de días, una actividad que recomiendan es alquilar un bote para ir a Basiluzzo, a 3 kilómetros en dirección norte.
Al parecer, aún se conservan restos de edificaciones de ladrillo, en donde se encontraron varias piezas de cerámica, y mosaicos romanos.
En el fondo del mar también es posible ver una dársena construida en época de los romanos.
En Basiluzzo puedes visitar las cuevas de Pacià y Carbone o darte un baño en las calas de Brinca, Bianca y Bianca Piccola.
Stromboli: el volcán más activo
Sí has leído “Viaje al centro de la tierra”, de Julio Verne, seguro que recordarás ese fragmento de la historia cuando los personajes descubren que están en Stromboli (Estrómboli en español.)

O a lo mejor te suena el nombre porque, en 1949, el reconocido director italiano Roberto Rossellini rodó aquí la película de título homónimo, una de sus obras maestras con Ingrid Bergman como protagonista.
Aparte de estas referencias literarias y cinéfilas, si Estrómboli atrae, y mucho, es porque su volcán está tan activo que es posible ver una erupción prácticamente cada 20 – 30 minutos.
Numerosas personas vienen sólo para escalar hasta su cráter de noche y vivir uno de esos mágicos momentos cuando la roja lava es expulsada.
Apenas llegas al puerto, verás decenas de pequeños stands ofreciéndote sus servicios para visitar el volcán y admirar este monumento de la naturaleza ya sea tras una caminata de 3-4 horas, desde el Observatorio de la Marina Militar, o desde el mar.

Quienes sólo vamos por unas pocas horas, debemos conformarnos con una caminata por la falda del volcán, entre las estrechas calles de San Vicenzo, o a lo largo de su playa de arena negra.
San Vicenzo y Ginostra
San Vicenzo es el principal pueblo de la isla y donde pernoctan la mayoría de los visitantes. El centro neurálgico y punto más alto es la plaza donde se encuentra la Iglesia de San Vicente, con una especie de mirador desde donde se puede ver el islote de Strombolicchio.

También están San Bartolo y Piscità y hay otra población a la que es posible llegar por un empinado sendero, pero se recomienda ir en barco: Ginostra.
Está en la otra orilla y dicen que allí parece como si se hubiera detenido el tiempo porque hasta hace pocos años ni siquiera tenían luz eléctrica.
Sólo hay 30 habitantes, dos pequeñas calles, una iglesia y una plaza con un monumento a los caídos en la II guerra mundial.
Cuando nosotras fuimos, Estrómboli parecía un lugar perfecto para el relax, pero en temporada alta (julio – agosto) es una de las islas que más turistas atrae.
De allí que haya tantos pequeños alojamientos y apartamentos para alquilar a los visitantes, la mayoría excursionistas que viene atraídos por las erupciones del volcán.
El Strombolicchio
Después de nuestra caminata por San Vicenzo y alrededores, llegó la hora de abordar el barco de nuevo para rodear el Strombolicchio.
Un peñón producto de una erupción volcánica y que está coronado por un faro de 10 metros de altura que pronto celebrará su primer centenario.

Según las guías, antes de que se levantara esta construcción, los marineros y pescadores se guiaban por el haz de luz de las periódicas erupciones volcánicas que descendían – y aún lo hacen – por la llamada Sciara del Fuoco, en la cara noroeste de la isla.
Se suponía que nuestro grupo iba a poder verla desde el mar, pero se aproximaba una tormenta y el capitán del barco no quiso arriesgarse.
Sobretodo tomando en cuenta que para llegar a Lipari nos quedaba una hora y media de navegación.

Al menos pudimos ver el perfil de la isla al atardecer, que también tiene su encanto, y nos quedamos con ganas de repetir.
Quién sabe, con lo que me gustaron las Eolias no descarto regresar para ver las 4 islas que aún me quedan por conocer: Alicudi, Filicudi, Salina y Vulcano.
Tips para turistas curiosos:
Desde Lipari es muy fácil hacer una excursión a cualquiera de las islas Eolias. En numerosos comercios verás carteles con información sobre los viajes que puedes hacer.
El precio es más o menos el mismo en todas partes, al igual que las rutas que hacen cada día.
El paseo a Panarea y Estrómboli nos costó 30 euros por persona, salió al mediodía desde Marina Corta y regresamos sobre las 8:30 de la noche. Sólo aceptaban pagos en efectivo.

Recomiendo llevar algo de abrigo, porque en la noche desciende la temperatura, y si vas en la parte alta del barco lo vas a agradecer.
La parte de abajo es muy calurosa y yo me agobié un poco, así que preferí pasar frío. Si tiendes a marear, no olvides llevar una pastilla por si acaso.
Si estás en Italia peninsular, puedes coger un ferry en Regio Calabria o Nápoles para ir a las islas Eolias de Vulcano y Lipari.
También hay salidas desde los puertos sicilianos de Mesina, Milazzo, Palermo y Cefalú. Estos dos últimos, sólo en verano.
Me ha encantado el post. Especialmente porque uando visitamos Sicilia nos quedamos con muchas ganas de visitar Estromboli. Nos faltó tiempo, por desgracia. Otra vez será, pero quizá sea buena ida no ir temporada alta, como dices. Debe ser un lugar más relajado que durante las masificaciones del verano.
Muchas gracias por tus palabras, me ha hecho mucha ilusión leer tu comentarios. Si tienen la oportunidad, no duden en regresar a Sicilia y conocer las islas Eolias. Es un buen lugar para descansar y disfrutar de unos días de manera tranquila (en temporada baja, claro!) Y por supuesto, que tampoco falte un paseo a la cima del Estrombóli para ver una de sus erupciones. A mí me encantaría intentarlo.
Mauxi, qué buen post. Me has descubierto un montón de cosas sobre lugares cuya existencia conocía, pero poco más. Creo que merece la pena cambiar laguna vez las Canarias por estas islas, para comprobar in situ todas esas semejanzas que mencionas. Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras y qué honor haberte ayudado a conocer algunas maravillas de estos rincones de las Eolias tan similares y al mismto tiempo tan diferentes a las Canarias. Sin duda, vale la pena explorar nuevos destinos y disfrutar todo lo bueno que pueden ofrecernos. Otro abrazo para ti.
Wow!!! pero que lugares tan lindos nos has traído!! Debo confesar que nunca había escuchado de ellos y mira que son hermosos. Panarea me encanto, imagine un día de calma y tranquilidad sentada en una terraza contemplando esas callecitas con viviendas típicas pintadas de blanco y azul. Y bueno… por otro lado… vivir la explosión de un volcán!!! Eso si es extremo!!!
Saludos 🙂
Que alegría leerte y descubrir que estas dos pequeñas islas Eolias han llamado tu atención al punto de que te hicieron viajar con tu imaginación para verte disfrutando de un momento de relax. Ver la explosión del volcán de cerca tiene que ser una experiencia única, no sé si me atrevería, pero sin duda, tienta mucho la idea. Y si tanta gente lo hace, porque no sumarse a la aventura. Saludos viajeros!!
Estupendo post, no había oido hablar antes de este lugar. Me encanta. A seguir disfrutando de la vida. Un abrazo enorme
Muchísimas gracias por tus palabras y qué bueno saber que con mi post pudiste conocer un bonito rincón de Sicilia. Otro abrazo grande para ti.
Llevo desde pequeñita viajando a las Islas Canarias aun me quedan 2 por visitar, y con este Post has conseguido crearme intriga y algo de deseo para ir a visitar la mayor parte de los destinos que mencionas.
Gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo
Me alegra saber que este post podría inspirarte para conocer un destino tan particular como las islas Eolias, en Sicilia. Mientras tanto, no dejes de viajar a las Canarias!
Ohhhh que maravilla, me ha encantado todo!!! Tengo que ir si o si. Efectivamente, a mi lo de Estromboli me sonaba a la película y además me suena a algo de Pinocho, pero esto último igual me lo estoy inventando jajaj.
Preciosas fotos Mauxi!!
Un abrazo
Carmen
Muchas gracias por tus palabras Carmen. Ahora que lo mencionas, es verdad, hay un personaje de Pinocho que se llama Stromboli. Es uno de los malos, debe ser que por eso que lo había olvidado jajaja Gracias por el dato. Espero que tengas la oportunidad de visitar este rincón de Sicilia, sin duda, yo volvería. Otro abrazo para ti y feliz semana!
Me encantan esos pequeños pueblitos pegados a la orilla del mar, como bien dices, muy parecidos a algunos de mi tierra canaria! 😉
Cuando fui a las Eolias no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar y resulta, que desde el primer momento me sentí como en casa, es decir, como en las Canarias, donde ahora vivo. Algunas zonas de Estrómboli parecían una combinación entre La Palma, La Gomera y Lanzarote. Y esas playas de arena negra y la ladera de ese volcán presidiento la isla. Sí definitivamente, era como estar en las Canarias 🙂
Percioso! Me llego al corazon la foto de la reja que dice que blanco y azul predomina en Panarea. Me hizo acordar a una fotografia que tome en Capri, en una casita donde me imagine viviendo. Un beso!
Hola Andrea! Muchas gracias por tus palabras y qué alegría saber que esa foto te trajo buenos recuerdos de tu viaje a Capri. Me encantó Panarea y sus colores y aunque no me imagino viviendo allí, sí que sería genial disfrutar de unos días en la isla y explorarla con calma, porque seguro tiene muchos tesoros que no tuve tiempo de ver. Otro beso para ti y feliz semana!