¿Rímini sí? ¿Rímini no? Tras visitar Florencia, y a punto de salir hacia Parma, aún no decidíamos si incluíamos a Rímini en nuestro itinerario de 8 días en Italia.
A mí no me atraía nada la idea de conocer un lugar que sólo parecía destacar por ser la capital del sol y playa del norte del país. Pero como dice Rubén Blades, en su famosa canción Pedro Navaja, “la vida te da sorpresas”.
Al final hubo dos razones por las que decidimos que Rímini sí: queríamos conocer San Marino – a menos de 30 kilómetros – y conseguimos una habitación en un hotel de 4 estrellas, en primera línea de mar y desayuno incluido, por sólo 38 euros la noche. Argumento irrebatible; allá vamos y que la suerte nos acompañe.
Rímini, la ciudad de Federico Fellini
Fue llegar a la ciudad y primera grata sorpresa: descubrir que aquí nació el mítico director de cine Federico Fellini, y aunque nunca rodó en Rímini, sí retrató muchos rincones de su tierra natal en películas como Amacord, por la que recibió el Oscar en 1975.
Y es que Rímini es como dos pequeñas urbes en una. Por un lado están los 15 kilómetros de playa, los 700 balnearios, los más de mil hoteles y las zonas de clubes nocturnos y tiendas de souvenirs, que seguramente estarán abarrotadas en verano.
Y luego hay una Rímini que fuera de temporada es tranquila y acogedora; que está bien conservada y que merece ser recorrida con calma y curiosidad.

Lo que nos gustó de Rímini
La amabilidad de su gente y su buena disposición para guiarnos, conversar y hacerse entender, para recomendarnos lugares y preguntar si nos sentíamos a gusto en la ciudad.
Su casco histórico. Pequeño, casi todo peatonal y muy agradable para pasear. Llegamos hasta aquí caminando desde nuestro hotel (unos 30 minutos a pie), pero hubiéramos podido ir también en autobús (línea 11), e incluso en bici. Un medio de transporte muy utilizado por quienes residen aquí.

El encantador barrio de pescadores de San Giuliano. Lo dejamos para nuestro último día en Rímini, pero es lo primero que recomendaría recorrer.
Por último, otra cosa que nos gustó mucho de la ciudad es que fuera de temporada, ¡hay muy pocos turistas!
Y esto se traduce en hoteles a precios económicos, plazas gratuitas de aparcamiento y acceso libre para disfrutar del mar Adriático desde una arena limpia de sombrillas y hamacas (y de gente)
Qué ver y hacer en Rímini
Al parecer, muy pocos españoles escogen este destino para disfrutar de sus vacaciones o, como mucho, le dedican unas pocas horas, pero si te animas a pasar aquí al menos un par de días y quieres algo más que sol y playa, estas son algunas de las cosas que puedes ver y hacer en Rímini, la antigua colonia romana de Ariminum fundada en el año 268 a.C.:
Barrio de San Giuliano

Encantador barrio de calles adoquinadas y de minúsculas plazas, como la Piazzeta Gabbena. En 1860 llegaron a vivir aquí más de 2 mil personas, de las cuales unas 400 eran marineros o pescadores, pero tras la II guerra mundial poco menos de 80 trabajadores lograban sobrevivir con oficios vinculados al mar.
Dada la precariedad que imperaba, – muchas de las viviendas eran barracas o chabolas -, este borgo estuvo a punto de ser derruido en varias ocasiones.
Hoy en día, la mayoría de sus viviendas han sido restauradas y, de hecho, es una de las zonas más caras de la ciudad.

A los turistas y viajeros curiosos seguro les atraerán dos elementos decorativos que le dan una personalidad única a San Giuliano: los numerosos murales pintados en honor al director Federico Fellini, que retratan escenas de sus películas más importantes, y unas pequeñas piezas de cerámicas que adornan las fachadas de numerosas viviendas.
Las pinturas de embarcaciones a vela, obras del artista Giuliano Maroncelli, fueron una iniciativa de La Societá de’ Borg para homenajear a todas las familias de marineros y pescadores que vivieron en este barrio hasta la década de los 50.

Puente romano de Tiberio
A muy pocos pasos del barrio de San Giuliano, la mejor opción para dirigirse al centro de Rímini es el puente de Tiberio. Inaugurado en el año 21 d.C., se construyó con piedra blanca de Istria sobre el río Marecchia.
Desde aquí partían dos importantes calzadas romanas: la Vía Emilia, que terminaba en Piacenza, y la Vía Popilla, que llevaba hasta Rávena.

Corso de Augusto
Animado paseo peatonal que finaliza en el Arco de Augusto, símbolo de la antigua Ariminum. El recorrido te conducirá inevitablemente a la amplia Piazza Tre Martiri, un punto por el que parece que pasa todo el mundo, especialmente animada la verás en la esquina en la que se cruza con la Vía G. Garibaldi, calle comercial de elegantes tiendas.

Arco de Augusto
Erigido en el año 27 a.C. en honor del emperador romano, éste es uno de los arcos de triunfo más antiguo entre los que aún se conservan. Marcaba el final del camino que comunica a Rímini con Roma.
Templo Malatestiano
Para bien o para mal, la Catedral de Rímini – cuyo nombre oficial es Iglesia de San Francisco -, no te dejará indiferente.
Comenzó a construirse en el siglo XIII y nunca se terminó, lo que explica en parte la mezcla de estilos, de épocas diversas.
En el siglo XV Segismundo Malatesta, cabeza de una de las familias más poderosas e influyentes de la época y amantes de la cultura y el arte, ordenó su reconstrucción y para ello encargó el diseño interior al arquitecto Matteo de’Pasti y las obras exteriores a Leon Battista Alberti.
El Templo Malatestiano está considerado como una de las obras maestras del arte renacentista, y entre las obras de arte que pueden admirarse en su interior mencionar un fresco de Piero de la Francesca, los bajorrelieves de Agostino di Duccio y Matteo de’ Pasti y el crucifijo atribuido a Giotto di Bondone. La entrada a la Catedral es gratuita.
Castillo Sismondo
Construído por orden de Segismundo Malatesta, este edificio que domina el centro histórico de Rímini se terminó en 1446.
Fue residencia del príncipe italiano y también se utilizó como prisión hasta 1967, pero se considera la obra maestra de la arquitectura militar Malatestiana.
Desde agosto de 2020, este castillo se ha convertido en la sede del Museo Fellini, para rendir homenaje al director ganador de 4 premios Oscar.
16 salas, diseñadas por la casa de cine Lumière, repasan la vida y obra cinematográfica de uno de los hijos predilectos de la ciudad. Un museo con tanto contenido que dicen que si quieres adentrarte de lleno en todo su contenido, debes reservar al menos 6 horas para esta visita.
El Museo Fellini abre de martes a sábado y el precio de la entrada es de 10 euros. Dónde está: Piazza Malatesta.
Plaza Cavour
Desde la Piazza Malatesta puedes tomar por la Vía Gambalunga para acercarte hasta la Piazza Cavour, rodeada por imponentes edificios entre los que destaca el Palazzo dell’ Arengo e Podestà.
Aunque si algo llamó mi atención fue la Pescherie Vecchie, el antiguo mercado de pescado que conserva unos largos mostradores de mármol bajo sus arcadas.
Data de 1747 y no es difícil imaginar el ambiente que tenía que haber aquí cuando se vendía el pescado recién capturado en las aguas del Adriático.
Después de este recorrido por el centro de Rímini, puedes tomarte un descanso en los pequeños bares y restaurantes que están en los alrededores de la pescheria.
A nosotras nos gustó especialmente la Piazzeta Gregorio da Rimini, muy animada a la hora del aperitivo.

Tips para turistas curiosos
Rímini es una ciudad de la región de Emilia-Romaña en el norte de Italia. Tiene una población de más de 142.000 habitantes, que puede llegar al millón de personas con los visitantes que se concentran aquí en el mes de agosto.
Después del Lido (Venecia) es el centro de veraneo más famoso de la costa adriática y una buena alternativa para las vacaciones en familia, porque además de su extensa playa, en los alrededores de la ciudad hay 11 parques temáticos.

Il Grand Hotel Rimini, con más de un siglo de historia, es uno de los símbolos de la época dorada de esta ciudad.
Durante años fue un segundo hogar para Federico Fellini; aquí pasó parte de su infancia y aquí se refugiaba cada vez que venía de Roma.
Aún hoy se conserva la suite donde se alojaba el director italiano, que, cómo no, lleva su nombre y es una de las más solicitadas entre quienes pueden pagar 600 euros por noche. (Parco Fellini 1, Puerto Deportivo)
Si te interesa conocer a fondo la Rímini de Fellini, te recomiendo el libro Amarcord en Rímini, con Federico Fellini. Es una publicación gratuita que puedes conseguir en la Oficina de Turismo y en algunos hoteles de la ciudad.
Y para redondear la experiencia, puedes visitar el histórico Cinema Fulgor, ya que cada 3 semanas proyectan el film Amarcord.
Asimismo, desde octubre de 2021, ha pasado a ser la segunda sede del Museo Fellini, al exponer en una de sus plantas una colección de los dibujos que el joven Felllini hacía de los actores como publicidad para la sala.
Siendo aún muy joven, su talento como dibujante le permitía ver todas las películas que se proyectaban en la sala, a cambio de esas caricaturas que entregaba como forma de pago y que hoy podemos admirar todos.
Dónde está: Corso Augusto, 162.
Cómo llegar a Rímini
En nuestro caso, viajamos en el tren regional desde Parma, aunque hay opciones más rápidas – y más caras -, como el Frecciabianca. Precio del billete: 15,60 euros. Si viajas desde Bolonia, puedes conseguir tickets a partir de los 9,50 euros.
El aeropuerto internacional Federico Fellini está a 11 kilómetros de la ciudad, pero actualmente no hay líneas aéreas que conecten en vuelos directos con terminales españoles.
Cómo moverte
Si te alojas en la zona de Marina Centro, donde están la mayoría de los hoteles, la mejor opción para ir al centro de Rímini es el bus.
El billete sencillo sale por 1,30 euros si lo compras antes de subir (en la recepción del hotel, o en los estancos), o 2,00 euros si lo adquieres a bordo.

También hay bonos de 10 viajes y de 24 y 72 horas (puedes pedir información en la oficina de la empresa de autobuses, que está en la estación de trenes de Rímini, o en la Oficina de Turismo que está justo al salir)
Las paradas están señalizadas con un número, lo que te ayuda a guiarte. La nuestra, por ejemplo, era la 18 (Línea 11) Otra buena opción es la bicicleta.
Dónde alojarte en Rímini
La oferta hotelera de Rímini es muy amplia y hay alojamientos para todos los presupuestos. A partir del uno de octubre, muchos establecimientos cierran, pero los que permanecen abiertos tienen muy buenos precios.
En nuestro caso, elegimos el Hotel Diplomat Palace (Viale Regina 70) La habitación era pequeña, pero cómoda y con vista al mar. El desayuno estaba incluido, así como la conexión wifi.
Alquilamos coche para ir a San Marino y pudimos aparcarlo sin problema, casi que en la puerta del hotel.
Otras opciones de alojamiento:
- Erbavoglio Hotel (9,5/10)
- Hotel Etoile (9,5/10)
- L’Hotel (9/10)
- Hotel Tourist Meuble (9/10)
- Hotel Derby (8,6/10)

Dónde disfrutar del aperitivo
Nos gustó mucho el aperitivo de La Bottega della Creperia, en la Piazzetta Gregorio Da Rimini. Por 5 euros disfrutamos de un spritz y buffet de ensaladas, entre otras opciones.
Si deseas saber más sobre Rímini:
- Qué ver en Rímini
- Oficina de turismo de Emilia Romaña (información en inglés, italiano, alemán y ruso)
También te puede interesar:
- Instantáneas desde Italia y algunos tips útiles
- 4 imprescindibles de Florencia, más allá de la Plaza del Duomo
- La bonita ciudad de Parma, razones para visitarla
- Visita a San Marino, uno de los países más pequeños del mundo
- Urbino, cuna de Rafael y del Renacimiento
- Taormina, refugio de escritores, artistas y famosos
- 48 horas en Roma, huyendo de los turistas
- 25 tips que debes conocer antes de visitar Roma
Qué chulo, la Emilia Romagna la conozco bastante porque me hice unas amigas de aquí en un vuelo Xania-Bolonia hace unos años, y precisamente mi destino final era Rímini. Y desde entonces he vuelto varias veces. En la Piazza Cavour ponen un mercado que se llena hasta los topes los sábados por la mañana, no la reconoces. Y antes había una heladería en la que tenían unos helados de regaliz que eran bueniiiisisisíiiiiisimos, y van y la cierran :(((((( Ah, si volvéis, hay una zapatería outlet, pero outlet de precios tirados de verdad, casi enfrente del templo Malatestiano. Merece la pena echar un vistazo 😉 No me extraña que os gustara, es un sitio genial!
Hola!! Qué bueno que conoces tan bien esa región y en especial Rímini. Gracias por los tips, aunque es una pena que no podamos probar esos helados tan buenos. No sé cómo será la ciudad en temporada alta, pero a principios de octubre está muy bien. No me importaría volver, disfrutar más la ciudad y conocer mejor los alrededores. Feliz viernes!
Si vuelves, házmelo saber. Hay un par de sitios que te van a encantar 🙂
Muchísimas gracias! Sí que me gustaría regresar y conocer ese par de lugarse, ojalá pudiera ser pronto. Saludos viajeros!
Tengo amigas belgas que han estado en Rimini varias veces, pero nunca había despertado en mí gran curiosidad este destino… la verdad sea dicha, parece muy cuqui 🙂
La fama de Rímini se centra en sus playas y cuando uno ve las fotos de la temporada alta se da cuenta que es todo lo contrario a lo que uno llamaría un destino tranquilo. Sin embargo, una vez ha pasado la época estival, es un lugar que merece la pena visitar. Y a principios de octubre el tiempo sigue siendo muy agradable.
Precioso post. Una pena que cuando visitamos Emilia Romagna no nos dio tiempo para Rimini. Me ha encantado saber de que tenía este punte y este arco romanos. Son preciosos!
Muchísimas gracias Jordi. Rímini me sorprendió gratamente. Mira que me resistí a ir, y al final, estaba lleno de sorpresas, como esos vestigios del imperio romano. Ya tienes una excusa para volver. Feliz día
Que bonitas fotos y bien documentado
Que bien lo pasamos!
Muchas gracias Concha! Sí que lo pasamos muy bien, y pensar que esperábamos muy poco de Rímini. Me encanta cuando los destinos me sorprenden, y tan gratamente! 🙂